ESTILO RÚSTICO




 
Sencillez, tradición y naturalidad son palabras que definen a la perfección los ambientes rústicos. Inspirado en las viejas casas de campo. Éste estilo consigue detener el tiempo con funcionalidad y frescura.
 




 






 
La imagen de referencia del estilo rústico es la casa rural de antaño. En él se pueden encontrar el sabor de las tradiciones y las viejas formas de vida en el campo. Es un estilo que necesita mantenerse fiel a sus orígenes, por lo que es preferible aplicarlo en espacios en los que ya exista una base rústica, en viviendas antiguas que estén en contacto con la naturaleza.
 




El contexto arquitectónico ejerce una gran influencia en los ambientes rústicos. Las técnicas constructivas y elementos estructurales tradicionales se mantienen intactos para transformarse en elementos activos de la decoración. Las vigas de madera, las paredes de piedra y las chimeneas se han convertido, de este modo, en imágenes emblemáticas del estilo.




Las piezas de barro cocido son el revestimiento favorito para el suelo. Son preferibles las piezas de elaboración manual para resaltar el carácter artesanal del ambiente. Los suelos de madera y de piedra son también muy comunes. La piedra natural aparece en forma de canto rodado, de areniscas, pizarra y mármol envejecido.
 
 






 
 
El mobiliario rústico es austero, práctico y muy resistente. Está compuesto básicamente por sencillos muebles de madera recuperados, heredados o comprados en tiendas de almoneda (comercios que venden piezas de hace cincuenta años como máximo y que no se consideran antigüedades).
Las piezas estrella son los viejos muebles de antaño realizados mediante técnicas artesanales, como bancos, arcones y aparadores. Se adaptan a la perfección los sillones orejeros, los escritorios, las mecedoras y las camas con dosel. Las sillas de madera con asiento de enea y paja son también clásicas de este estilo. Los muebles suelen conservar el color natural de la madera y presentan un acabado a la cera. También son habituales los decapados en colores claros, pero no los lacados.

 

 

 

 
Evita los espacios saturados.

Los muebles rústicos suelen ser grandes y de fuerte personalidad, por lo que es mejor poner pocas piezas bien elegidas para no sobrecargar el espacio.
 
 
 
 
Este estilo necesita materiales naturales y cálidos. Huye de los cromados y los plásticos mientras sus dos materiales preferidos son la madera y el hierro forjado.

Las maderas más utilizadas para muebles son el roble, el castaño y el nogal. Como son bastante oscuras, conviene combinarlas con maderas más claras, como el pino, el haya y el arce, para dotar al ambiente de luminosidad.
 
 
Por otro lado, el hierro forjado se utiliza en muebles, como en cabeceros de camas y en herrajes: tiradores, pasamanos, pomos, barras, argollas, candelabros….


Los tejidos más habituales son el algodón, el lino y la lana.
 
 
 
 
 
 
En el estilo rústico se recuperan todo tipo de enseres y objetos del pasado, como las estufas de leña, los fogones… La cocina es un lugar donde se pueden encontrar multitud de accesorios (cazos de cobre, teteras, vajillas de barro…) que siguen siendo útiles a la vez que decorativos.
 
Los antiguos aperos de labranza, como ruedas de carro, horcas y yugos también se rescatan con fines decorativos. Muchas veces se les busca una nueva utilidad: las tinajas se convierten en maceteros, los trillos en mesas de centros…
 
 
 
Los colores de la tierra
 
La gama cromática del estilo rústico evoca los colores de la naturaleza: tonos tierra, cobrizos, tostados…, todos ellos cálidos y delicados para construir una atmósfera de tranquilidad y sosiego. Si la vivienda se encuentra cerca del mar, se puede optar por los añiles y lavanda, el verde agua y el verde tila.
Para dotar a las paredes de cierto aire antiguo y desgastado, se puede aplicar alguna pátina. Algunas de las más utilizadas son el drapeado, las aguadas de color y el moteado.
 
 





CONSEJOS
 
Los accesorios deben seguir la línea de naturalidad y sencillez. Una forma fácil de dar un toque natural al ambiente es colocar jarrones de porcelana blanca con flores silvestres o macetas con plantas aromáticas. Para decorar las paredes es mejor optar por cuadros sencillos, por ejemplo: dibujos al carboncillo o pinturas con colores armónicos.
 
 






 
 
 




 
“Los estilos uno a uno”
 
GIGI “Arte y Decoración,
Filosofía Feng Shui”