El estilo high tech 

utiliza materiales y técnicas para crear espacios estilizados y prácticos con cierto toque industrial.




Los interiores high tech muestran con orgullo sus elementos 
estructurales, como vigas, tuberías y conductos, que pasan a convertirse en elementos decorativos.


El estilo remite constantemente a la idea de manufactura, a producción industrial, y rechaza todo aquello que recuerde a productos artesanos o sin transformar.

En estos espacios se emplean imágenes del diseño industrial, como escaleras de caracol de acero inoxidable. Se destacan tuberías pintándolas e incluso se aumenta su tamaño.




Los suelos utilizados son poco habituales para interiores domésticos, como son el hormigón, las losetas de vinilo y las moquetas propias de locales comerciales.




Generalmente los interiores son amplios y luminosos para contrarrestar la posible sensación de frialdad que pueda transmitir un ambiente industrial.


Para separar los espacios se intentan evitar las paredes convencionales. Siempre que es posible se opta por los paramentos de cristal, celosías metálicas o por sencillas cortinas.



Los materiales utilizados en este estilo son los metales y el cristal. Para las telas del hogar y las tapicerías hay que decantarse por tejidos como el nailon y la lona, y de vez en cuando el lino.






La decoración es sencilla y funcional. Los accesorios deben ser pocos y funcionales.

 Los pomos y tiradores tienden a tener formas muy simples. 
 Las almohadas y cojines se reducen al mínimo.
 Las cortinas muy sencillas sino son sustituidas por persianas.




Para decorar las paredes es mejor optar por pinturas abstractas de gran formato. También funcionan las fotografías en blanco y negro.

Las esculturas modernas, preferiblemente las que están elaboradas con materiales como el hierro o el acero.




Los ambientes high tech corren el riesgo de resultar demasiado fríos. Una forma de evitarlo es mediante un uso inteligente de los colores. Para los elementos estructurales se recomiendan colores neutros, como el blanco, los grises, los crudos y el beis; y para las tapicerías, los muebles y la ropa del hogar, los colores sólidos y diseños geométricos. Con ellos se consigue dar un toque más personal al espacio.


































GIGI “Arte y decoración,
Filosofía Feng Shui”