Siempre he dicho que la luz es mágica porque con solo un toque, todo cambia. 
Cualquier espacio vacío pero con una correcta iluminación, puede parecernos que está decorado ya que nos trasmitirá diferentes sensaciones como puede ser la calidez, la cercanía, la intimidad…. y todo ello jugando con la luz, con su intensidad, con su color, y con las lámparas que la “contienen”.

La luz tiene la capacidad de cambiar la estética de cualquier lugar.
 
Podemos decorar un espacio con una buena planificación de iluminación y hacer que te sientas más cómodo.
 
Hay tres factores muy importante a tener en cuenta:
 
1. la iluminación natural que incide en el espacio
2. los colores que encontramos en paredes y mobiliario
3. las funciones que se realizarán en ese sitio (leer, preparar alimentos, trabajar…)
 
La iluminación natural es un factor esencial para decorar. Estudiando la cantidad de luz natural que incide en nuestro espacio partiremos para diseñar el esquema de luz artificial.
 
Los colores nos dirán si necesitaremos añadir más iluminación artificial a nuestro espacio o no. 
Sabemos que los colores oscuros absorben la luz por lo tanto necesitaremos más iluminación. Al contrario que los claros, éstos reflejan la luz y hacen que los espacios parezcan mayores.
 
Muy importante que funciones vamos a realizar en el espacio que queremos decorar. Para ello utilizaremos lámparas que dispersen la luz de forma adecuada a cada función.
 
Se distinguen tres tipos de iluminación para un espacio. 
1. Iluminación directa: este tipo de luz es ideal para cuando realizamos alguna tarea o trabajo específico. El haz de luz es concentrado y nos ilumina la zona donde trabajamos. 
 
2. Iluminación ambiental: es una luz más difusa y suaviza los contrastes entre la luz directa y la luz general. Crea ambientes acogedores y mejoran la atmósfera. Se suele utilizar para la iluminación de cuadros, las tiras de led decorativas, velas…, etc.
 
3. Iluminación general: es una luz uniforme dentro de una estancia. Normalmente se utiliza para iluminar de forma generalizada sin crear contrastes ni sombras marcadas. Este tipo de iluminación se utiliza en zonas comunes como cocina, zona de lavadero, trasteros, oficinas….
 
Con una buena planificación se pueden combinar estos tres tipos de iluminación creando diferentes ambientes en un mismo espacio.
Por ejemplo: en la cocina necesitas luz directa para realizar tareas específicas, pero también tendrás luz general.
 
 
 
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