… Hace ya muchas décadas que la cultura milenaria de Oriente se introdujo en Occidente. La gastronomía, el arte y la filosofía de países como China, India o Japón se han ido popularizando y tienen cada vez más seguidores. Lo mismo ha ocurrido con la decoración, que se ha visto beneficiada por un estilo inspirado no solo en el exotismo, sino también en la armonía y la calma tan propias de las doctrinas de estas culturas.

Todo el arte oriental está basado en una filosofía de vida que busca la paz interior a través del orden, el equilibrio y la tranquilidad. Esta búsqueda también se ve reflejada en la decoración de los hogares, que bebe directamente de la estética del budismo zen, una doctrina que aspira a la fusión con el universo. Es por eso que en las casas japonesas está tan presente la idea del vacío y de la inmaterialidad, ya que así nos recuerdan que solo vaciándonos podemos llenarnos.

Este es un concepto que resulta muy complejo de asimilar para las mentes occidentales, focalizadas en el culto a la persona, el éxito y el individualismo. La sociedad del bienestar y el progreso constante han alimentado en las últimas décadas la falsa idea de que cuanto más se tenga mucho mejor, con lo que se ha fomentado una malsana necesidad de acumular.

 

A pesar de ello, el gusto por la sencillez de los japoneses fue capaz de influir en el desarrollo del movimiento artístico occidental conocido como minimalismo.  (…)

 

Puesto que la estética japonesa gusta de contemplar la naturaleza y apreciar hasta el detalle más insignificante, la decoración busca el equilibrio con el entorno natural y su presencia a través de piedras, agua, flores y plantas. Los muebles son de escasa altura para dar una sensación diáfana al ambiente, y el resto de los objetos nunca se amontonan, sino que dejan espacios vacíos que invitan a la contemplación.

 

Lo que se persigue con este orden armonioso es crear espacios recogidos y nada recargados, con muebles sencillos, de líneas pura, confeccionados en maderas asiáticas o materiales naturales como el bambú, la seda o el papel de arroz. Unos ambientes donde el protagonista principal sea la luz, elemento vital en las distintas culturas asiáticas, puesto que es fuente de vida y de equilibrio.

 

En la actualidad existen varias técnicas procedentes de Oriente que pueden ayudarnos a hacer de nuestro hogar un paraíso. Algunas son muy conocidas y otras menos, pero todas beben de la tradición milenaria de estos países que han sabido hacer de la paz interior una forma de vida. Las más conocidas son: El Feng Shui, El Vastu Shatra, El Wabi-Sabi,…

 

Diana Quan “El paraíso es tu casa”